domingo, 18 de agosto de 2013

El procesamiento del alimento (III): absorción

Absorción

Después de la digestión, los alimentos, ya convertidos completamente en nutrientes después de las transformaciones mecánico-químicas de la digestión, deben pasar al sistema circulatorio. Esto se hace a nivel celular, molécula a molécula, mediante dos procesos que son los siguientes:
  • Difusión: "de más a menos". Esta forma de transporte tiene que ver con la concentración de una molécula en los medios intracelular y extracelular: si hay más concentración fuera, entrarán moléculas en la célula; si, por el contrario, hay más concentración dentro, saldrán. Moléculas pequeñas como el agua o apolares como el dióxido de carbono o el oxígeno pueden atravesar la membrana sin utilizar proteínas transportadoras. Esto es la difusión pasiva y no es un proceso selectivo. La difusión facilitada, en cambio, sí utiliza proteínas en canal o carriers, y es el proceso que se usa para introducir en las células intestinales moléculas polares grandes o cargadas.
  • Transporte activo: es lo contrario a la difusión. Cuando una célula necesita una concentración de una sustancia mayor que la del exterior, tiene que realizar un transporte en contra de gradiente, lo cual, al ser energéticamente desfavorable, conlleva a un gasto de ATP. En el caso de la absorción, un ejemplo es la bomba de sodio-potasio: el transporte de tres moléculas Na+ al exterior de la célula para introducir dos K+ requiere una hidrólisis de ATP. Y es que, generalmente, suele ser mayor la concentración de sodio del exterior, pero menor la de potasio.
Para que la absorción sea más eficaz, algunos animales, sobre todo vertebrados (incluido el ser humano), tienen su intestino estructurado de forma que sea máxima la superficie de absorción. Conseguir una mayor superficie con el mismo volumen se consigue con pliegues; de hecho, la función de los pliegues en la materia viva suele ser casi siempre esa (o al menos una de ellas). Este es el caso de las vellosidades intestinales, a nivel tisular, y las microvellosidades, a nivel celular.

Los aminoácidos provenientes de proteínas y péptidos pasan a las células intestinales por transporte activo, no tan rápido como los monosacáridos provenientes de glúcidos, lípidos y proteínas, que lo hacen tanto por difusión como por transporte activo. Ambas moléculas pasan a la sangre a través de los capilares de las vellosidades intestinales. En las células epiteliales del intestino, por otra parte, la glicerina y los ácidos grasos, provenientes de lípidos, forman una grasa, que es recogida por uno de los vasos quilíferos del sistema circulatorio linfático, desde donde se incorpora al sistema circulatorio.

No todas las moléculas que llegan al intestino se pueden absorber. Como ya expliqué en la entrada anterior (no inmediatamente, que es el insecto del mes; evidentemente, en la anterior de procesamiento del alimento), no todos los animales son capaces de digerir todos los alimentos. Por ejemplo, como ya dije, termitas y rumiantes viven en simbiosis con ciertos microorganismos capaces de digerir la celulosa, pero los demás animales no pueden. Los koalas tienen un largo intestino que les permite digerir las hojas de eucalipto, su único alimento prácticamente, que tiene narcóticos, que casi todos los demás animales son incapaces de digerir (en los humanos son droga). Estos alimentos indigeribles, junto con otros que no ha dado tiempo (que pueden ser grasas, por ejemplo) y un poco de agua, irán a parar a lo que en los vertebrados es el intestino grueso y más adelante formarán las heces, pero eso ya es la egestión, y por tanto lo dejaré para la próxima entrada de este tema.


Las vellosidades intestinales facilitan la absorción,
ya que aumentan la superficie, sin aumentar el volumen.




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